¿Os ha ocurrido alguna vez que estabais enfadados y os ha venido vuestro hijo con una nota del colegio o con una protesta?
Si hemos tenido un conflicto con nuestros hijos, vienen enfadados o somos nosotros los que estamos mal, no nos tenemos que empeñar en hablar para solucionar la situación en ese momento. Seguramente las decisiones y nuestra forma de actuar no se ajuste a la gravedad del hecho.
Utilizar el tiempo neutral consiste en esperar a que todos nos tranquilicemos. Buscar el momento oportuno para que estén receptivos y nosotros estemos calmados para ser justos en la valoración de la situación.
Darnos ese tiempo para enfriar los ánimos, nos ayudará a resolver el conflicto desde una óptica más objetiva y acertada. De esta manera no haremos, ni diremos, cosas de las que luego nos podamos arrepentir.
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