viernes, 27 de noviembre de 2015

Momento Mágico


El día a día de las familias es complicado, hay que hacer malabarismos para conciliar vida laboral y personal. Los progenitores en muchas ocasiones se plantean que no tienen el tiempo suficiente para dedicar a sus hijas e hijos, ¿cantidad o calidad?.La rutina, las actividades cotidianas, las responsabilidades, hacen que nuestra agenda esté muy apretada. Pero si que es cierto que aunque lleguemos cansados, siempre hay que dedicarles un tiempo en exclusiva.

Es fundamental encontrar momentos para escucharles, hacerles comprender que estamos disponibles y nos interesa mucho lo que nos tienen que contar. Ayudarles a expresar sentimientos y hacerles sentir queridos. Y para esto no hay que dedicar mucho tiempo, pero si debe ser un tiempo exclusivo, sincero y mágico. Un tiempo para hablar de lo que hemos hecho, de las cosas que nos han ilusionado o nos han defraudado, de expectativas de futuro, gustos, anhelos, tristezas, alegrías, enfados...

La noche puede ser un buen momento para tumbarse y hablar. Las confidencias, el sopor que empieza a invadirnos, nos ayuda a relajarnos y propicia la charla. No hace falta tratar grandes temas, es contar pequeñas cosas, que nos llevarán a grandes cosas si las hay. Esta comunicación nos ayudará a establecer una relación de cercanía y fortalecerá los vínculos que se tejen entre nosotros y nuestra familia.

Si compartimos momentos mágicos, seguiremos en la mente y el corazón de nuestros hijos e hijas aunque no estemos presentes. Crearemos una red invisible que nos una con fuerza y les proteja.

Únete a los padres y madres que consiguen crear momentos para compartir y favorecen la comunicación familiar. Conviértete en ilusionista e ilusiona a las personas que más te importan. Es una labor gratificante y muy beneficiosa para todos los miembros de la familia.

¿Cual es vuestro momento mágico? Cuéntanos vuestra experiencia.

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