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Esta es una de las pautas educativas primordiales en la familia. Nuestras hijas e hijos deben recibir las mismas consignas y mensajes educativos por parte de ambas figuras parentales.
Para ello es fundamental dedicar algo de tiempo a negociar y reflexionar sobre las normas y límites que queremos marcar en el seno de nuestro hogar. Si ambos decidimos el camino a emprender, todo será más sencillo.
Ir en la misma línea nos ayudará a mantenernos firmes y favorecerá que nuestros hijos e hijas tengan claro que deben hacer o evitar.
Desautorizar al otro progenitor, no teniendo en cuenta alguna de sus decisiones, o encubriendo a los hijos o hijas cuando se saltan una norma, son acciones que no ayudan en nada al funcionamiento familiar.
Cuando se produce una separación de la pareja, este acuerdo se debe mantener más si cabe. Utilizarlo como arma arrojadiza solo puede dañar a nuestros hijos e hijas. Los progenitores deberán fijar las normas básicas de funcionamiento para que se den en las dos unidades convivenciales, y deberán mantener una comunicación fluida sobre todo lo que acontece en relación a los hijos e hijas: Estudios, temas médicos, actividades extraescolares, amistades...
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