Una
enfermedad grave, un accidente, el fallecimiento de un ser querido, una
catástrofe, una agresión…, es decir, cualquier hecho inesperado y traumático es
una situación que nos podemos encontrar a lo largo de nuestra vida. La
resiliencia sería la capacidad de sobreponerse a estas experiencias traumáticas
o circunstancias adversas. Ser capaces de superar e incluso salir fortalecidos
de las situaciones difíciles constituye un factor de protección.
La
resiliencia se construye con las relaciones. Nadie puede volverse resiliente
por si solo, necesita de los demás para alcanzar está capacidad. Necesita
poseer vínculos afectivos y relaciones sociales nutritivas, sentirse estimado,
querido, seguro, protegido y apoyado. De está manera tendrá una mayor capacidad
para controlar una situación adversa y podrá reducirse su sensación de dolor. A
lo largo de nuestra vida debemos ir adquiriendo recursos para enfrentarnos a
las dificultades y encontrar en nuestro entorno el apoyo suficiente para
superar las adversidades.
Nuestra
labor como padres es ayudar a nuestros hijos a adquirir esta capacidad. De esta
manera sabremos que serán capaces de sobreponerse a las desgracias o
situaciones difíciles que se puedan encontrar en su vida.
Si te
interesa el tema y quieres saber como puedes ayudar a tu hijo, en el siguiente
enlace puedes encontrar más información:
Es sorprendente la capacidad que tienen las personas de sobreponerse a las situaciones traumáticas. Esto es algo que consuela, ya que sino la vida sería muy dificil de sobrellevar.
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