En general, la ruptura de la pareja es un proceso traumático para los hijos y supone un acontecimiento desestabilizador de la dinámica familiar. Pero también es cierto que si el día a día en el hogar es insostenible, es mucho más doloroso para los hijos estar conviviendo entre discusiones y falta de cariño, en estos casos es mejor proceder de una familia separada, que vivir en su seno.
Los padres tienen un papel fundamental en tratar de evitar o minimizar las consecuencias negativas que tienen para los hijos una separación.
Pautas a seguir para que la separación no dañe a los niños:
-Nunca meter a los niños dentro del conflicto.
-Explicarles la situación con claridad y cuales van a ser las consecuencias. Confirmarles que es una situación definitiva y que ellos no son culpables de la ruptura. Hacerles saber que van a estar ahí para cuando les necesiten y les van a seguir queriendo igual.
-Reforzar los lazos de amor y cariño de ambos padres hacia sus hijos.
-Tratar de volver a la normalidad, estableciendo las nuevas rutinas lo antes posible.
-Respetar en la medida de lo posible las actividades, relaciones, horarios…, de los hijos.
-Facilitar la relación con ambos progenitores, para que los hijos mantengan el referente emocional con los dos.
-Nunca hablar mal del otro progenitor.
-Compartir preocupaciones y tareas sobre la crianza de los hijos. Poner en común las normas y los acuerdos básicos va a ser fundamental para poder funcionar bien como padres.
-Mantener los vínculos con la familia extensa, abuelos, tíos, primos… .
Si estáis interesados en profundizar sobre este tema, os adjuntamos un documento muy interesante escrito por el psicólogo José Manuel Aguilar Cuenca y publicado por el defensor del menor en la comunidad de Madrid.” Ruptura de pareja. Guía para afrontarla sin dañar a los hijos”
http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM013890.pdf
http://www.madrid.org/bvirtual/BVCM013890.pdf
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