Organizar la habitación de los más pequeños suele ser una tarea complicada. Habituarles desde los dos o tres años a ordenar sus cosas es muy beneficioso para su desarrollo. El orden les proporciona seguridad, les permite encontrar sus cosas con facilidad, saber que juguetes tienen y donde los pueden encontrar. Además, ser organizados ayuda a tener una mente estructurada. Un niño o niña ordenado exteriormente, va a ser también ordenado interiormente.
Las familias deben ayudarles a conseguirlo, facilitándoles la tarea. Primero se les enseñará el lugar donde deben recoger las cosas. Se les acompañará durante el aprendizaje, hasta que sepan hacerlo de forma autónoma. Se debe tratar de poner los cosas accesibles y cómodas, para que el acto de recoger sea lo más sencillo posible: cestas, cubos, baldas, cajones, colgadores...
Para ayudarles en esta labor, os ofrecemos este artículo de Consumer que nos da unas cuantas ideas interesantes:
https://twitter.com/edukafamilia/status/487509414220296194
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