Son tres meses los que han transcurrido desde que se decretara el estado de alarma, que obligó a toda la ciudadanía a confinarse en sus casas e inició una cuarentena que ha cambiado la vida a nuestro alrededor.
Periodo de confinamiento, aislamiento social y pérdida de libertades, fases de desescalada 0, 1, 2, 3..., son conceptos que manejamos a diario. Y ahora nos encontramos con una nueva normalidad: Distancias y medidas de higiene que jamás nos habíamos planteado, cambio en las rutinas, incertidumbre con como vamos a reorganizar nuestras vidas.
Ahora nos damos cuenta de lo importantes que son las relaciones, de la importancia que tiene poder conversar con las personas a las que aprecias, saludar a vecinas y vecinos de tu barrio, hacer las compras sin riesgo.
Pero no todas las personas se han visto afectadas de la misma manera, las más vulnerables han tenido mas dificultades para superar esta pandemia: Familias que se han visto sin ingresos para poder alimentarse, personas enfermas o ancianas sin redes sociales de apoyo, ni familiares que les pudieran atender, menores que se han visto de golpe sin poder estudiar por carecer de medios tecnológicos para seguir las clases, familias monoparentales que se han sentido desbordadas con el cuidado de menores y que no han podido acudir a trabajar, viviendas pequeñas donde han tenido que convivir las 24 horas del día ...
Pero cuando hay problemas, también surgen oportunidades, está crisis sanitaria ha provocado una oleada de solidaridad. Vecinos y vecinas de distintos barrios de Bilbao han creado durante esta pandemia redes solidarias para hacer frente a todas estas dificultades. Los recursos que trabajamos en el barrio hemos tenido que estar más coordinados que nunca, detectando dificultades y tratando entre todos de resolverlas de la mejor manera posible. Las redes que ya existian se han visto trabajando codo con codo y organizándose colectivamente para actuar ante las consecuencias que ha traido esta crisis sanitaria.
Desde el EISE creemos firmemente que Zorrotza es un barrio unido y luchador, y que sin duda va a salir de esta crisis más fuerte y comprometido con su vecindario.
Este virus nos ha obligado a cambiar nuestra forma de trabajo, evitar el contacto físico nos ha llevado a ser creativos, a llegar a las personas con otros medios: videollamadas, contactos telefónicos, actividades virtuales... Con la nueva normalidad tenemos que ir retomando el contacto personal con medidas de seguridad, paso a paso iremos volviendo a las rutinas.
No sabemos como será el curso que viene, pero sin duda estaremos preparadas para enfrentarnos a lo que venga.
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