Cuando llegan las vacaciones de verano, aprovechamos para salir, hacer actividades al aire libre y disfrutar del sol en el monte, la playa o en la piscina. El sol resulta beneficioso para nuestro organismo: mejora el estado de ánimo, ayuda a sintetizar la vitamina D, refuerza el sistema inmunológico, etc.
Sin embargo tenemos que tener mucho cuidado para lucir bronceado sin poner en riesgo la salud. Para no sufrir las consecuencias debemos tener en cuenta una serie de recomendaciones.
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